martes, 9 de febrero de 2016

Miel sobre hojuelas

Llueve y hace frío (frío de las Rías Baixas; es decir, humedad, viento y poco más de diez grados), así que es el día ideal para hacer tortas fritas. En Uruguay y Argentina son toda una institución familiar, destinada a convertir la tarde desapacible en una fiesta gastronómica casera. 
Se dice que la receta llegó con la colonización y que los españoles las tomaron de los árabes -- (árab.) *xupaipa > (germ.) *suppa, pan mojado en líquido, de donde viene también "sopa"-- que a su vez las habían copiado a los pueblos germanos a los que habían "conocido" en el centro de Europa. También se dice que siglos después llegó una receta similar (los llamados Kreppel) con la emigración centroeuropea de la posguerra, así que esos pueblecitos cuasi tiroleses (muchos de ellos colonias menonitas)  implantados en América, completaban con las tortas fritas a la alemana el paisaje de la nostalgia de sus habitantes.
Pero al otro lado del Atlántico, en Andalucía, especialmente en Córdoba, llaman "sopaipas" a unas tortas de ingredientes y factura similares y "sopaipillas" son llamadas en el Pacífico, por la zona de Chile y hasta México y otros países americanos. 
Aunque como teoría suena relativamente bien, un poco complicado me parece este camino de idas y venidas, copias y versiones, cuando la receta es tan elemental.  Sea como sea, tortas como estas (leche, harina y una grasa vegetal o animal), existen donde quiera que estos ingredientes existan. Creo que aquí funciona más bien la teoría faulkneriana del polen de ideas que la de la copia cultural, pero igual me equivoco de lleno.  En cualquier caso, si no hay pan, buenas son estas tortas, que se pueden hacer dulces o saladas.
Muy parecidas en sus ingredientes y preparación son las llamadas orejas --¿quién que las haya comido de niño ha resistido la tentación de ponérselas sobre sus pabellones auditivos para hacer el payaso--,y primas hermanas de las orejas (o hermanas, quizá más bien sean hermanas)son los pestiños y las hojuelas, con o sin miel.
Ya que el temporal nos ha dejado sin desfile de Entroido --lo que los periódicos comarcales llaman en rimbombante metáfora "el sambódromo meco"--, voy a tratar de rescatar la vieja receta de mi tía Rosa para las tortas fritas y hacer una tanda, porque la tarde se las merece. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario