Pero al otro lado del Atlántico, en Andalucía, especialmente en Córdoba, llaman "sopaipas" a unas tortas de ingredientes y factura similares y "sopaipillas" son llamadas en el Pacífico, por la zona de Chile y hasta México y otros países americanos.
Aunque como teoría suena relativamente bien, un poco complicado me parece este camino de idas y venidas, copias y versiones, cuando la receta es tan elemental. Sea como sea, tortas como estas (leche, harina y una grasa vegetal o animal), existen donde quiera que estos ingredientes existan. Creo que aquí funciona más bien la teoría faulkneriana del polen de ideas que la de la copia cultural, pero igual me equivoco de lleno. En cualquier caso, si no hay pan, buenas son estas tortas, que se pueden hacer dulces o saladas.
Muy parecidas en sus ingredientes y preparación son las llamadas orejas --¿quién que las haya comido de niño ha resistido la tentación de ponérselas sobre sus pabellones auditivos para hacer el payaso--,y primas hermanas de las orejas (o hermanas, quizá más bien sean hermanas)son los pestiños y las hojuelas, con o sin miel.
Ya que el temporal nos ha dejado sin desfile de Entroido --lo que los periódicos comarcales llaman en rimbombante metáfora "el sambódromo meco"--, voy a tratar de rescatar la vieja receta de mi tía Rosa para las tortas fritas y hacer una tanda, porque la tarde se las merece.
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