lunes, 4 de abril de 2016

Lateralidad cruzada

Ilustración de Roger Olmos para "Caperucita roja"
“A medida que crece, el saber cambia de forma. No hay uniformidad en el verdadero saber. Todos los auténticos saltos se realizan lateralmente, como los saltos de caballo en el ajedrez.
Lo que se desarrolla en línea recta y es predecible resulta irrelevante.

Lo decisivo es el saber torcido y, sobre todo, lateral.”

Elías Canetti, El suplicio de las moscas, IX.
Hace muchos años, una de mis amigas me regaló un libro de Elías Canetti. Poco tiempo después, otra amiga me brindó como regalo de cumpleaños una suscripción a la revista Lateral, desaparecida en el 2006 por cierto. 
Ambos objetos, libro y revista, presentaban un formato intencionadamente poco perdurable, (Lateral salía en papel prensa y el libro de Canetti, La lengua absuelta, estaba en una edición de Alianza, de aquellas con la portada de Daniel Gil, en papel beige de bajo gramaje) pero ambos perduran en mi memoria vital unidos a mis amigas, las cuales probablemente ni recuerden habérmelos regalado.
El pensamiento lateral --preconizado por los gurús setenteros de la creatividad como la panacea universal-- nos lleva a buscar nuevos usos para lo ya conocido, nuevas relaciones entre lo que relacionamos siempre del mismo modo (el tenedor y la cuchara; la pluma y el papel; ¿por qué no la cuchara y la pluma?),  pero a veces no es tanto un nuevo itinerario, como la invitación a recorrer el camino deteniéndonos en los atrancos,  parándonos a coger flores y charlando con los lobos feroces. 
Hay días en los que las ideas aceleran sin pedir permiso y el pensamiento circula a toda velocidad enlazando premisas de forma sorprendente--a cabesiña non para, que decimos por aquí-- y otros en los que se forma una maraña escandalosa, que da una sensación tal de desorden que me hace volver a creer en la necesidad del minimalismo (nunca me sentí totalmente cómoda en/con él). Cuando llego a este punto, escribo. En un papel cualquiera, en una de las libretas que tengo desperdigadas por los bolsos, en el taco de notas de al lado del teléfono...y se me pasa la inquietud; pero desde que tengo el blog, se me ocurre acercarme aquí y desenredar la maraña. Las dos ideas principales de hoy eran bien sencillas: lateralmente se llega más lejos que en línea recta, diga lo que diga la geometría, y mis amigas estimulan mi creatividad poniendo en mi camino atrancos que se convierten en impulsos. 

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